Aviso de cookies

Estoy de acuerdo
Este sitio web guarda pequeños fragmentos de información (cookies) en su dispositivo con la finalidad de ofrecer un mejor contenido y para finalidades estadísticas. Usted puede desactivar el uso de cookies modificando la configuración de su navegador. Navegar por nuestro sitio web sin cambiar la configuración del navegador hace que usted nos esté autorizando a guardar esta información en su dispositivo.
blog image

Charlando con Guardiscopio #9 Vicente Matas @vicentematas

En esta entrevista, hablamos con Vicente, un médico con más de 30 años de experiencia, quien ha dedicado su carrera al servicio de la sanidad pública y a la mejora de las condiciones laborales de los profesionales de la salud. A lo largo de nuestra conversación, Vicente nos comparte su visión sobre los retos y oportunidades que enfrentan los médicos, especialmente los que trabajan en el ámbito rural, y nos ofrece una reflexión sobre la importancia de la defensa de los derechos de los trabajadores sanitarios. Además, aborda su rol como portavoz en redes sociales, donde se ha convertido en un referente para muchos profesionales, y ofrece valiosas recomendaciones a los jóvenes médicos que comienzan su carrera. Una charla profunda y enriquecedora sobre el futuro de la sanidad y las condiciones laborales en este sector clave.

  1. Para empezar, ¿podrías contarnos un poco tu trayectoria profesional? Y también cómo pasaste, más allá de la medicina asistencial, a implicarte en el análisis y la divulgación sobre la situación laboral de los médicos en España.

Claro. Yo terminé Medicina en 1982, en unos tiempos muy, muy difíciles. Por entonces, se licenciaban entre 10.000 y 11.000 médicos al año, y apenas había trabajo. Lo habitual era trabajar uno o dos meses en verano, y poco más.

Conseguí empezar a trabajar de forma algo más continuada a principios de los años 90. Me ofrecieron un contrato eventual a tiempo parcial, al 65%, aunque en la práctica trabajaba el 150% de una jornada normal. Hacía guardias en un pueblo alejado de la provincia de Granada. Era un sitio relativamente tranquilo, y eso me permitió aprovechar el tiempo cuando no había urgencias. Fue justo cuando empezaban a aparecer los ordenadores personales, y me hice con uno.

Ahí fue cuando comencé a hacer análisis: estadísticas sobre gasto, sobre población, sobre demanda asistencial… muchas cuestiones relacionadas con la gestión sanitaria. Y así empecé, a principios de los noventa. En 1994 me presenté a las elecciones sindicales y entré en el comité de empresa del Hospital Clínico de Granada como representante de la Atención Primaria.

Poco a poco me fui implicando más. Empecé a seguir de cerca el tema MIR, las retribuciones… En 2004 hicimos el primer estudio comparativo sobre los sueldos de los médicos en España. Ese fue el germen del actual Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, donde he seguido trabajando desde entonces.

Además, he estado activo tanto a nivel sindical, en el Sindicato Médico de Granada, como en el ámbito colegial. Me presenté a elecciones en el Colegio de Médicos, donde fui vocal de Atención Primaria Rural y luego Urbana, tanto en Granada como en el Consejo Andaluz de Colegios Médicos. También fui vocal nacional de Atención Primaria Urbana en la Organización Médica Colegial, cargo que mantuve hasta 2021.

Y aunque me jubilé en mayo de 2023, sigo muy activo. Tengo el ordenador lleno de datos, lo que me facilita mucho el análisis. Hago estudios que para otra persona serían muy complejos: sobre retribuciones, distribución de plazas MIR, presupuestos, inversión sanitaria… todos relacionados con la defensa del Sistema Nacional de Salud y, en particular, de la profesión médica.

A menudo se nos percibe como profesionales privilegiados, pero no es así. Para llegar a ejercer como médico se exige muchísimo: una nota altísima para entrar en Medicina, seis años de carrera, un año preparando el MIR, y luego otros cuatro o cinco años de especialización. Y todo ese esfuerzo no está reconocido como debería, especialmente ahora con la reforma del Estatuto Marco que pretenden imponer.

Aunque ya estoy jubilado, he ido dos veces a Madrid a manifestarme contra esta situación, y seguiré yendo donde haga falta. No por mí, sino por los estudiantes que ahora están en la facultad, por los MIR y por quienes están ejerciendo en unas condiciones que no se merecen.

  1. No, no, nada que perdonar. Todo lo que quieras contar, nosotros encantados de escucharte. Para seguir, ¿cómo empezaste en la medicina? ¿De dónde surgió tu vocación, y por qué elegiste ser médico de familia?

Pues mira, no vengo de una familia con tradición médica. Soy el primer médico en mi familia. La verdad es que fue algo bastante circunstancial… Imagino que en aquella época influyeron las series de televisión sobre médicos, que estaban muy de moda. No lo tenía muy claro al principio, lo veía como algo complicado, pero empecé primero de carrera, aprobé todas las asignaturas y seguí adelante. Y al final, me enganchó.

La medicina es una profesión muy agradecida. Yo he ejercido sobre todo en el ámbito rural, donde el trato con los pacientes es muy humano, muy directo, muy cercano. Aunque no siempre esté suficientemente reconocida a nivel institucional, ese agradecimiento por parte de los pacientes compensa mucho. He tenido suerte, porque en los lugares donde he trabajado, todavía se respetaba mucho la figura del médico y había una empatía muy fuerte entre profesional y paciente.

Es verdad que últimamente, en algunos sitios, los pacientes ya no tienen tan claro a quién reclamar, y al final el primero que ven es al médico. Y se nos achacan muchos fallos del sistema que no nos corresponden. Pero yo he vivido una etapa en la que el ejercicio de la profesión era, en general, muy gratificante. Ojalá esa cercanía y ese respeto vuelvan a consolidarse, junto con una mejora de las condiciones laborales, claro.

  1. Comentabas que te jubilaste hace nada, en 2023. ¿Cómo viviste ese cambio? ¿Te costó dejar la práctica diaria y el trato directo con la gente?

No, para nada. No tuve ningún problema con la transición. Llevaba ya bastante tiempo trabajando exclusivamente en representación profesional, tanto en el sindicato médico como en el colegio de médicos, así que estaba bastante desvinculado de la actividad asistencial del día a día.

Además, muchas de las cosas que hacía entonces, las sigo haciendo ahora, aunque esté jubilado. Y, por otro lado, justo cuando me jubilé tenía una nieta… y ahora ya tengo tres. Así que tener tiempo para dedicarles a ellas también es muy satisfactorio. En mi caso, pasar del trabajo activo a la jubilación no ha sido en absoluto un trauma.

  1. Más allá de tu labor como médico, quería preguntarte cómo nació tu interés por la divulgación y por ese activismo en defensa de los médicos y la profesión.

Nació, en realidad, por una experiencia personal. Como contaba antes, empecé con un contrato a tiempo parcial, pero con una carga de trabajo muy superior a la de cualquier jornada normal. Y para colmo, no me querían pagar la exclusividad, una figura que ya desapareció en Andalucía pero que entonces seguía vigente.

Decían que, al ser un contrato parcial, no me correspondía la exclusividad. Pero claro, yo les decía: “Estoy a tiempo parcial en el papel, pero me exigís trabajar el doble de horas semanales que cualquier otro trabajador”. Y aunque esas horas fuesen en forma de guardias, la dedicación era total. Así que tuve que pelear mucho para que se me reconociera esa exclusividad, porque no me quedaba tiempo para ninguna otra actividad. Aquello fue a principios de los 90, entre 1992 y 1993.

Desde entonces, fui implicándome cada vez más. Uno de los temas a los que me he dedicado especialmente en los últimos años ha sido el de la jubilación médica. Muchos compañeros están tan centrados en la actividad asistencial diaria que no se detienen a pensar en lo que pasará después. Por eso empecé a hacer informes sobre la jubilación: la ordinaria, la demorada, sus implicaciones económicas…

Porque es importante saberlo: durante la vida laboral, gracias a las guardias, el sueldo puede ser aceptable. Pero cuando te jubilas, todo eso desaparece, y la pensión se reduce a prácticamente la mitad. Es fundamental que los médicos lo tengan en cuenta, y por eso sigo trabajando en ese tipo de informes año tras año.

  1. Vicente, llevas muchos años trabajando en el ámbito de la medicina. ¿Tienes algún informe o noticia que recuerdes por su gran impacto, alguno que haya causado revuelo y que haya sido clave en tu reconocimiento?

Sin duda, uno de los informes que más difusión ha tenido es el de las retribuciones de los médicos en las distintas comunidades autónomas. Era algo que no se entendía bien: ¿cómo es posible que, estando en el mismo país, los médicos cobren mucho más en unas comunidades que en otras? Era un tema que se intuía, pero no se conocía a fondo. Los médicos comentaban sobre ello en congresos, pero era muy difícil comparar debido a factores como las guardias, los trienios y las especialidades. Nosotros empezamos a organizar los datos y a hacer comparaciones, publicando los informes anualmente desde 2004. Estos informes han sido, sin duda, los que más impacto han tenido y, gracias a ellos, creo que empecé a ser reconocido. Hoy en día, incluso cuando investigas sobre retribuciones médicas, mi informe sigue apareciendo, lo cual es una sorpresa agradable para mí. Los seguiré publicando mientras persistan esas diferencias tan marcadas entre comunidades autónomas.

  1. Cuando hablas de estas duras condiciones, ¿piensas que se justifican con el argumento de que la medicina es una vocación?

La vocación es la gran excusa. Es cierto que la medicina es una profesión vocacional, pero las administraciones la han utilizado y seguirán utilizándola para no reconocer las condiciones laborales y retributivas que los médicos merecen. Es un hecho que los médicos tienen derecho a descansar, a equilibrar su vida laboral y familiar, y a recibir una compensación justa por la enorme responsabilidad que asumen. Estamos hablando de 11 o 12 años de formación tras el bachillerato, y de una enorme carga de trabajo. Mientras otros sectores han reducido sus jornadas laborales a 32 o 35 horas semanales, los médicos seguimos trabajando 48 horas semanales, muchas veces superando ese límite. Las guardias de 24 horas son otro tema; aunque en algunos centros no haya tanto trabajo, en muchos otros es agotador y nos impide descansar. La solución pasa por aumentar el presupuesto sanitario y, sobre todo, reforzar la atención primaria, que ha sido la más afectada por los recortes desde la crisis.

  1. Entonces, ¿crees que el principal problema detrás de las condiciones laborales de los médicos está en el presupuesto?

Sí, en gran medida. El principal problema es la falta de presupuesto, pero también la insuficiencia de plantilla, especialmente en atención primaria. Se ha incrementado la plantilla de enfermería, lo cual es necesario, pero lo que más urge es aumentar la plantilla de médicos. La falta de personal se ha notado especialmente en la atención primaria, donde los médicos están atendiendo a más de 40 pacientes al día, lo cual es una barbaridad. Además, las demoras para ser atendido son inaceptables. Si no se invierte adecuadamente en atención primaria, los pacientes no recibirán la atención oportuna y acabarán en urgencias, lo cual es mucho más costoso para el sistema. La solución pasa por aumentar la plantilla y mejorar la organización de la atención primaria.
  1. Y hablando de las guardias, ¿cómo ves el modelo de guardias de 24 horas que todavía se sigue utilizando en algunos centros?

El modelo de guardia de 24 horas es un verdadero problema. No se dispone de tiempo suficiente para descansar, y esa falta de descanso afecta directamente la calidad de la atención médica. Con los diferentes gobiernos se fueron recortando plazas, y aunque más tarde se volvieron a incrementar, todavía estamos lejos de tener suficientes médicos especialistas. En la actualidad, estamos en una situación en la que el número de médicos jubilados es superior al de los nuevos especialistas que se incorporan al sistema, lo que genera una gran presión sobre los profesionales activos. Para abordar este problema, es necesario crear más plazas, planificar mejor la distribución de las plantillas y evitar la situación de tener médicos contratados mes a mes. Es importante convocar oposiciones de manera eficiente para que los nuevos médicos no se vayan a trabajar fuera de España. Si se organiza bien, los médicos se quedarán en atención primaria, lo que mejorará la calidad del servicio y evitará la saturación de los hospitales.

  1. ¿Crees que la clave para resolver estos problemas radica en una planificación más eficiente de las plantillas y el incremento de las plazas disponibles?

Sin duda. La clave está en incrementar las plazas y planificar las plantillas de manera que los médicos no tengan que asumir una carga de trabajo excesiva. Es crucial que, al mismo tiempo que se incrementa el número de médicos, se mantenga la continuidad en la atención primaria. Los médicos deben conocer a sus pacientes y ofrecerles un seguimiento adecuado. Esto no solo mejora la calidad de la atención, sino que también reduce las derivaciones a los hospitales, lo que a largo plazo mejora la eficiencia del sistema y reduce los costos. Necesitamos que las administraciones se den cuenta de que invertir en atención primaria es fundamental para garantizar un sistema de salud sostenible y de calidad.

  1. Si pudieras hablar ahora con el Ministerio de Sanidad, ¿qué reformas principales les plantearías para mejorar las condiciones laborales y retributivas de los médicos y el sistema sanitario en general?

Si tuviera que hablar con el Ministerio de Sanidad, lo primero que les diría es que necesitan crear un estatuto jurídico específico para el personal médico y facultativo. Esta es una reforma fundamental, ya que la profesión médica, con todo el respeto a otras profesiones, tiene implicaciones, condiciones y exigencias únicas. Los médicos asumen una responsabilidad enorme, que no se puede comparar con la de otras categorías profesionales. Los jueces, fiscales y otros colectivos ya cuentan con un estatuto propio, y los médicos deberían tener algo similar. No se puede continuar con el sistema general que aplica reglas comunes a todas las profesiones, ya que esto no refleja las realidades específicas del trabajo médico. Por ejemplo, mientras que otras profesiones pueden tener una jornada laboral de 35 horas, los médicos trabajan hasta 48 horas. Además, los médicos, a diferencia de otros profesionales que hacen turnos de 12 horas, tienen turnos de hasta 24 horas. Las condiciones laborales y las exigencias de la profesión médica requieren soluciones especiales y, por tanto, un estatuto específico para ellos.

Otro punto clave sería la mejora de los modelos retributivos. Actualmente, el modelo de remuneración general no se adapta a lo que los médicos realmente necesitan, porque no tienen las mismas responsabilidades ni condiciones de trabajo que otros profesionales. El sistema actual no refleja adecuadamente las particularidades del trabajo médico. Es necesario que los modelos retributivos sean uniformes a nivel nacional, sin las disparidades que actualmente existen entre las diferentes comunidades autónomas. Por ejemplo, hay diferencias de hasta 8 o 10 euros por hora en las guardias médicas entre comunidades autónomas, lo cual es totalmente inaceptable. El Ministerio de Sanidad debería garantizar que los modelos retributivos sean consistentes a nivel nacional, con algunas excepciones justificadas por factores geográficos o de otra índole, pero nunca por diferencias arbitrarias que causen desajustes en las condiciones laborales de los médicos.

A nivel presupuestario, les diría al Ministerio que es esencial incrementar el presupuesto sanitario. Durante los últimos años, aunque se decía que no se iba a recortar en sanidad, lo cierto es que fue uno de los sectores más afectados por recortes. El Ministerio debe asegurarse de que el presupuesto para sanidad crezca de manera proporcional a los estándares de otros países europeos. Actualmente, España no llega al 7% del PIB en gasto sanitario, y parece que se está llegando al 10% en los presupuestos, pero aún no se alcanzan los niveles necesarios. Otros países en Europa están destinando un 2 o 3 puntos más a la sanidad, y eso es algo que debería replicarse aquí.

Es fundamental también dirigir más presupuesto a la atención primaria, ya que esta es la base del sistema sanitario. La atención primaria es clave para evitar que los pacientes lleguen a los hospitales con problemas graves que podrían haberse tratado a nivel primario. Si no se invierte en atención primaria, se generarán más costos a largo plazo en los hospitales y otros niveles del sistema. Además, tenemos un sistema sanitario muy eficiente, pero el hecho de que los sueldos de los médicos estén muy por debajo de la media de otros países europeos está llevando a una fuga de talentos. Muchos médicos jóvenes altamente cualificados están abandonando España por mejores condiciones laborales en otros países.

Es importante recalcar que la sanidad no debe verse como un gasto, sino como una inversión. Muchos políticos aún consideran que la sanidad es un gasto, lo cual lleva a recortes continuos. Sin embargo, lo que inviertes en sanidad, y en particular en atención primaria, se traduce en un sistema más eficiente a largo plazo. Los recursos que se destinan a primaria evitan que los pacientes necesiten atención más costosa en los hospitales y las urgencias, lo que permite que los recursos se gestionen de manera más efectiva y económica.

  1. Pasando un poco de las reformas y demás, tú que has tratado con mucha gente durante todos estos años de experiencia, ¿qué les dirías a los jóvenes que están acabando la carrera de medicina y que ya están comenzando a trabajar, ya sea como residentes de primer o segundo año? ¿Qué deberían esperar de las condiciones actuales y qué es lo que podrían esperar en el futuro?

Pues a los jóvenes que están acabando la carrera de medicina, que están empezando a trabajar, ya sea como residentes de primer año o segundo, les diría que, aunque las condiciones actuales no son las ideales, hay esperanza de que mejoren en el futuro. Ahora bien, es importante que no caigan en la complacencia, porque lo cierto es que, a pesar de todo, es muy difícil que las condiciones empeoren más. La situación actual es muy complicada, pero también es cierto que está en manos de ellos empezar a generar presión para que las reformas necesarias se lleven a cabo. El sistema está demandando cambios a gritos, y si no se presiona, es muy probable que los gobiernos sigan ignorando las necesidades reales de los médicos.

Les diría que es imprescindible que se involucren, que participen activamente en las movilizaciones y huelgas cuando haya convocatorias por mejoras en las condiciones laborales, como la creación de un estatuto específico para médicos o por mejores condiciones retributivas. Es fundamental que los jóvenes no se queden al margen, ya que, aunque hoy por hoy las condiciones no son las mejores, con el tiempo podrían mejorar si se hacen escuchar. Lo que está claro es que, sin presión social, el gobierno no va a cambiar nada. Ellos son los que van a sufrir las consecuencias de la falta de reformas a largo plazo, pero también son los que se beneficiarán de las mejoras que se consigan.

Es un momento crucial para que los jóvenes médicos se den cuenta de que el futuro de la medicina en España depende de la implicación de todos. Durante muchos años, los políticos no han tenido visión de futuro en cuanto a la sanidad. Ya en 2007, advertí que dentro de 15 años habría un déficit de médicos debido a la falta de planificación en la formación y a la reducción de plazas de MIR. No hicieron caso, y ahora estamos viendo las consecuencias. La formación de un especialista requiere una inversión a largo plazo, y por eso, los políticos no deben tomar decisiones basadas únicamente en los ciclos electorales de 4 años. Los médicos se forman en un periodo largo de tiempo, y el Ministerio de Sanidad debe tener una visión más allá de las legislaturas actuales.

Les diría también que no pierdan la esperanza. A pesar de que el panorama laboral actual no sea el ideal, es muy probable que las cosas vayan mejorando poco a poco. La clave es la presión política y social para conseguir cambios sustanciales. Si el sistema sanitario español tiene futuro, es porque está basado en una atención primaria eficiente, y por tanto, esa es la clave para mejorar tanto las condiciones laborales como los resultados del sistema. Los jóvenes médicos tienen un papel fundamental en lograr que se les reconozca la importancia que tienen, no solo como profesionales, sino como actores clave en el futuro del sistema sanitario.

  1. ¿Y qué opinas de la actitud de los médicos más jóvenes en cuanto a la reivindicación de sus derechos? ¿Crees que están haciendo lo suficiente o deberían hacerlo más?

Definitivamente, deberían hacerlo más. Nunca es suficiente en este tema, pero sí veo que los médicos jóvenes tienen un gran interés en luchar por sus derechos. Espero que se unan a los que ya están en activo, a los que se están formando y a los estudiantes, todos empujando para que esta situación mejore lo antes posible. Los políticos deben hacer de la sanidad una prioridad, ya que, actualmente, no parece serlo para ellos. La prueba de esto es que no están tomando medidas eficaces para mejorar la situación ni la financiación del sistema. Desgraciadamente, sin una entidad como la OTAN que nos obligue a invertir más en sanidad, somos nosotros, los profesionales, quienes debemos empujar para cambiar las cosas.

  1. Hablando un poco más sobre ti, más allá de tu carrera como médico, como portavoz en las redes sociales, ¿cómo valoras tu trabajo durante estos años? ¿Alguna vez pensaste que tendrías casi 10.000 seguidores en Twitter y te convertirías en un referente informativo para otros médicos?

La verdad es que no, nunca lo imaginé. Esto ha ido sucediendo poco a poco. Siempre he tratado de ser honesto en todo lo que publico, buscando sumar tanto para la profesión como para el bienestar de los pacientes. Mi labor siempre ha tenido como prioridad a los pacientes, porque al final, son ellos la base del sistema sanitario. En mi cuenta de Twitter, me defino como médico jubilado, interesado en la sanidad y en el Sistema Nacional de Salud, y en defender tanto la sanidad pública como la privada, que considero complementarias. Mi objetivo es influir positivamente en los jóvenes médicos y en los pacientes, ayudando a educar a la población sobre el uso adecuado de los servicios sanitarios. De hecho, creo que la educación sanitaria debería empezar en las escuelas, enseñando a los ciudadanos a hacer un uso responsable de los servicios de urgencias, por ejemplo, algo que actualmente no se enseña. Los informes que publico siempre los envío con la intención de que se difundan, y agradezco mucho que se le dé visibilidad a todo lo que trato de compartir.

  1. ¿Recuerdas alguna conversación o intercambio con algún médico que te haya marcado, algún comentario que hayas recibido sobre tus informes que te haya hecho reflexionar sobre la situación del sector?

Sí, hay varias anécdotas que me vienen a la mente. Por ejemplo, muchos médicos se sorprendieron al descubrir que los sueldos más bajos los tienen los médicos de ciertas comunidades autónomas, algo que no se imaginaban. En cuanto a las jubilaciones, también he recibido comentarios de médicos que no eran conscientes de la gran pérdida de poder adquisitivo que pueden sufrir al jubilarse. Algunos incluso me llaman para consultarme sobre cómo planificar su jubilación. También me sorprende la falta de comprensión sobre las desigualdades retributivas, como el hecho de que, aunque dos médicos trabajen las mismas horas, uno gane significativamente más que el otro por tener una consulta privada. Yo siempre he defendido que si un médico tiene una consulta privada, no debería verse penalizado económicamente en su salario en la sanidad pública. Y este es un tema que sigue sin ser comprendido por muchos, sobre todo en algunas comunidades autónomas.

  1. Para ir cerrando, después de 30 años de carrera, ¿qué es lo que más te ha marcado de todo tu recorrido como médico? ¿Algo que recuerdes con especial cariño o que te haya motivado a seguir adelante?

Lo que más recuerdo y lo que más valoro es el trabajo diario y el agradecimiento de los pacientes. He trabajado mucho en el medio rural, y ahí se dan situaciones muy especiales. Por ejemplo, los pacientes te agradecen con pequeños gestos, como regalarte una bolsa de pimientos, una docena de huevos o un chorizo, como muestra de gratitud por algo tan simple como haber ido a ver a un niño enfermo a las 4 de la mañana. Este tipo de agradecimientos siempre me han llegado, y el trato cercano que se establece con la gente del pueblo es algo que nunca olvidaré. En las ciudades, eso se pierde un poco, pero en el medio rural, el médico es una figura muy respetada, y la gente te saluda por la calle. Además, los médicos de atención primaria en el ámbito rural somos los únicos profesionales con un nivel de formación que llegamos hasta los rincones más alejados del municipio, brindando atención en el hogar de aquellos que más lo necesitan. Es algo que la gente valora profundamente.

  1. Y ya para terminar, como te hemos comentado antes, trabajamos especialmente con el tema de las guardias. Entonces, al margen de todo, ¿qué es lo que menos te gusta de las guardias? ¿Y qué es lo que más te gusta de ellas?

Bueno, las guardias en realidad dependen mucho del lugar en el que se hagan. En algunos sitios, donde la población es baja y, por lo tanto, también la demanda de atención, las guardias son mucho más tranquilas. En estos casos, no generan tanto estrés y se pueden manejar bastante bien. Sin embargo, en los lugares con más demanda, como los grandes hospitales o áreas con una mayor población, la carga es mucho más intensa, y es necesario contar con más personal para evitar que la guardia se convierta en una jornada sin descanso mínimo, lo cual es fundamental para poder rendir correctamente.

En lugares con alta demanda, creo que se debería ampliar la plantilla para permitir turnos más manejables, como los de 8 o 12 horas, algo que ya ocurre en otras profesiones. Mientras no se pueda implementar esto, los médicos tenemos que seguir afrontando estas guardias largas, lo que, si no son demasiado intensas, puede permitirte un pequeño descanso o incluso leer algo. Esto, claro, es vital para poder estar en condiciones cuando te llaman a las 3 de la mañana para atender un accidente o una emergencia grave. Si no has descansado, es mucho más difícil responder adecuadamente en esos momentos.

Las guardias tienen la ventaja de que, cuando no son excesivamente demandantes, te permiten relajarte un poco, pero también tienen un aspecto muy humano. En urgencias, ves a los pacientes en sus momentos más difíciles, cuando están más angustiados o enfermos. A menudo, solo con ver la cara del paciente, uno puede notar la ansiedad y el estrés, y cuando el paciente te ve, empieza a relajarse. A veces, ver la calma en sus ojos solo porque ya saben que van a ser atendidos es una satisfacción enorme. Es muy gratificante poder aliviar el dolor y la angustia de un paciente en un momento tan crítico, simplemente estando allí y brindando tu experiencia y apoyo.